La Parvovirosis canina, comúnmente conocida como “Parvo” es una enfermedad canina extremadamente contagiosa y con un alto índice de mortalidad que afecta principalmente a cachorros.
En este post os queremos dar unas nociones básicas para que conozcais más sobre esta peligrosa enfermedad canina y lo más importante, saber cómo podemos detectarla y sobretodo prevenirla.
1-. ¿Qué es la parvovirosis canina?
La parvovirosis es una enfermedad causada por un parvovirus canino tipo 2 muy resistente, siendo capaz de soportar el pH y las enzimas del aparato digestivo asi como permanecer periodos de tiempo prolongados en el ambiente, lo que dificulta su eliminación en determinados lugares como criaderos, refugios, protectoras…
Está considerado uno de los virus caninos más contagiosos y letales, con un corto periodo de incubación de aproximadamente 5-10 dias y que afecta principalmente al sistema digestivo, aunque también puede presentar tropismo por otros sistemas con una tasa de recambio celular elevada como el aparato respiratorio y/o el cardiovascular.
Aunque este virus puede afectar a cualquier raza canina, se han descrito determinadas razas predispuestas a padecer esta enfermedad como el pastor alemán, rottweiler y el dóberman, estos animales suelen tener un peor pronóstico, pues no generan anticuerpos suficientes para protegerse de esta infección vírica lo que los hace más susceptibles.
En este punto también es interesante comentar que, aunque el parvovirus es un virus muy contagioso entre la población canina, no lo es para los humanos, por tanto, no te podrás infectar ni sufrir parvovirosis. En el caso de los felinos, éstos si pueden sufrir la acción del parvovirus dando lugar a la enfermedad conocida como panleucopenia felina.
2-. ¿Cómo se transmite?
La principal vía de contagio del parvovirus canino es por contacto directo con las heces de perros infectados, es decir, se transmite de manera fecal-oral. Gracias a su resistencia ambiental, sobretodo cuando se encuentra dentro de las heces, puede permanecer en cualquier superficie hasta un año y esto puede dar lugar a dos tipos de contagio:
- Por contacto directo: esta es la principal vía y se produce cuando el cachorro se pone directamente en contacto con material fecal de un animal enfermo.
- Por contacto indirecto: a través de un ambiente u objeto contaminado. Ademas animales como insectos, roedores e incluso nosotros también podemos actuar como vectores de transmisión del virus.
Otra vía de contagio descrita menos frecuentemente es la intrauterina, es decir, de una madre infectada a sus cachorros durante la gestación y/o lactación. En estos casos hay que tener más precaución pues si el virus pasa a los cachorros, tiende a ir al cerebelo o al corazón.
3-. Síntomas de la parvovirosis.
Al ser un virus con afinidad por las células intestinales los principales síntomas descritos son digestivos, destacando la diarrea aguda sanguinolenta y los vómitos.
Otros síntomas frecuentes:
- Fiebre
- Anorexia
- Pérdida de peso
- Dolor abdominal
- Decaimiento, depresión y apatía
- Ataxia e incoordinación
- Deshidratación
- Problemas cardiacos
- Muerte del animal en casos muy graves
La gravedad de esta enfermedad dependerá de diversos factores tales como el estado físico del animal, su edad, la respuesta inmune y sobretodo del estado de vacunación. Ante la presencia de cualquiera de estos síntomas, principalmente anorexia y diarrea es conveniente que contactes con tu veterinario lo antes posible.
4-. Diagnóstico.
Los síntomas clínicos de los perros con parvovirosis suelen ser muy indicativos de la enfermedad, pero para confirmar el diagnóstico es necesario la realización de diferentes pruebas siendo la más utilizada:
- Test de antígenos: es una prueba rápida para detectar antígenos en las heces del animal. Esta prueba puede darnos resultados falsos negativos durante los 3-5 dias posteriores a la infección.
El test diagnóstico es el primer paso, en caso de confirmar la infección las pruebas complementarias como un hemograma y un análisis bioquímico, son importantes para controlar la evolución y detectar complicaciones asociadas.
5-. Tratamiento del parvovirus.
No existe un tratamiento específico para la parvovirosis canina, sino que éste dependerá del propio estado del perro y de la sintomatología en el momento del diagnóstico. Éste va encaminado a corregir las alteraciones ocasionadas por la acción del virus, asi como prevenir el desarrollo de complicaciones, sobretodo de infecciones bacterianas secundarias.
Los animales con parvovirosis necesitan largos periodos de hospitalización con el objetivo de proporcionarles los cuidados que requieren pues habitualmente en el momento del diagnóstico ya presentan una marcada deshidratación y las consiguientes alteraciones electrolíticas, por lo que es fundamental instaurar un protocolo de fluidoterapia adecuado para corregir estos desequilibrios.
Tambien es necesario la administración de distintos fármacos para controlar los vómitos y mejorar las diarreas y sobretodo administrar analgésicos de forma continuada, pues esta enfermedad es bastante dolorosa.
Otro pilar del tratamiento lo constituyen los antibióticos, estos nos ayudaran a prevenir infecciones bacterianas secundarias, además, en muchos de los casos está indicado la colocación de una sonda de alimentación, pues habitualmente estos animales rechazan comer de forma voluntaria.
6-. Prevención frente a la parvovirosis canina
La principal medida a tomar para prevenir el contagio y la infección por el virus del parvovirus en tu indefenso amigo es vacunar, por ello, un protocolo de vacunación adecuado a cada cachorro constituye el mejor método preventivo de la parvovirosis canina.
Basándonos en las guidelines de vacunación de la WSAVA, en condiciones teóricas la vacunación de un cachorro con una buena inmunización pasiva debería comenzar a partir de las 8 – 10 semanas de edad, pues es el momento en el que los anticuerpos maternos disminuyen y se recomienda iniciar la inmunización activa.
Además de la vacunación, es aconsejable evitar la exposición de tu cachorro a las heces de un perro que pueda estar infectado, por ello se aconseja evitar zonas de alta concentración de animales (parques, jardines, pipi canes…)
Desde clínica veterinaria el paseo esperamos que esta información os resulte de utilidad y para cualquier duda estaremos encantados de ayudarte.