Espigas y perros

Ahora que llega el buen tiempo los paseos con nuestro amigo de cuatro patas se hacen mas largos y aprovechamos para caminar por zonas de campo, pero ¡cuidado!, este agradable momento puede convertirse en una pesadilla ya que muchos campos, montañas, huertos, jardines… pueden ser una fuente de potenciales problemas (insectos, palos, plantas, roedores…)

En esta ocasión os queremos hablar de las tan temidas espigas, aparentemente inofensivas, pero que todos los años cuando llega esta época del año, lamentablemente tenemos muchas consultas relacionas con los problemas que dichos vegetales causan.

 

A-. ¿Qué son las espigas?

Las espigas son el medio que tienen las plantas gramíneas para esparcir sus semillas de cereales y poder reproducirse. Suelen tener forma de flecha y una superficie recubierta de ganchos microscópicos que les otorga la capacidad de adherirse al pelo de nuestras mascotas.

Cuando están verdes no suelen tener una alta peligrosidad, pero cuando llega la primavera se secan, adquieren un tono amarillento y se desprenden con facilidad, aumentando de esta forma el riesgo de lesionar a nuestro fiel amigo, además en este momento se abren como un paraguas lo cual impide que una vez clavadas puedan retroceder.

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B-. ¿Cuando hay mayor riesgo?

El riesgo dependerá de la zona geográfica y de la estación del año. Generalmente desde finales de abril hasta junio o julio es cuando mas casos atendemos y normalmente estos problemas están asociados a zonas de vegetación.

 

 

C-. ¿Dónde se suelen clavar las espigas?

Animales que pasean por zonas de espigas pueden sufrir lesiones en cualquier parte del cuerpo, siendo más habituales ciertas localizaciones tales como:

       1-. Espacios interdigitales: las manos y pies de nuestros amigos constituyen la principal zona pues al caminar pueden pisar estos elementos y se les pueden clavar entre los dedos o en las almohadillas.

Al  hincarse en la piel, estos cuerpos extraños pueden generan infecciones y abscesos que dan lugar a un lamido constante y/o cojera, además con el movimiento de la zona pueden introducirse cada vez mas y llegar a localizaciones muy diversas.

           4-. En la nariz: aunque parezca difícil, la nariz es otra de las zonas en las que habitualmente se pueden introducir las espigas puesto que la mayoría de perros están continuamente olfateando, lo cuál favorece la aparición del problema.

Cuando esto ocurre lo habitual es que el animal comience de forma repentina a estornudar casi constantemente, con mucha fuerza y en algunas ocasiones acompañado de sangrado. Muchos perros se frotan la nariz con las patas y si el proceso se prolonga varios días puede aparecer una descarga purulenta por uno de los ollares.

Hay que tener en cuenta el alto riesgo de que este cuerpo extraño pueda avanzar a través de la cavidad nasal y llegar a la laringe y de ahí migrar hacia vías respiratorias bajas o ser deglutida y a través del esófago llegar al aparato digestivo.

 

            5-. En los ojos: esta representa una de las zonas mas llamativas y peligrosas pues pueden dar lugar a lesiones graves en el globo ocular. Es característico que el animal de forma aguda cierre los párpados y rechace abrirlos, esto le genera mucho dolor y un lagrimeo excesivo.

El problema se puede complicar por el rascado o por la propia espiga que rozará la córnea dando lugar a úlceras corneales, las cuáles son muy dolorosas y si no se actúa rápidamente podría acabar en una perforación corneal.

La zona mas típica donde se quedan alojadas las espigas es debajo del párpado, no siendo fácil su detección y requiriendo en muchos casos una sedación para poder explorar completamente el ojo y todos los anejos extraoculares.

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         6-. Otras zonas: además de las localizaciones expuestas anteriormente, existen otras zonas menos frecuentes pero en las que también pueden clavarse las dichosas espigas, destacando entre ellas:

                           – En la boca: generando dificultad para comer o beber e incluso sangrado oral. Es frecuente que se hinquen en la laringe o el esófago y hay altas probabilidades de que migren a través del aparato digestivo.

                        – En la vulva y el pene: la entrada de espigas a través del aparato reproductor/urinario también es frecuente, sobretodo en las hembras que se agachan para hacer pipi. Esto les provoca dificultad para orinar, además de infecciones y sangrado e incluso en algunos casos secreciones de tipo purulento.

 

 

D-. ¿Cómo detectar una espiga clavada?

Habitualmente el animal comienza a manifestar un lamido excesivo y frecuente en una o varias partes de su cuerpo, las cuáles aparecerán mojadas, calientes y/o inflamadas, también es muy común el dolor a la manipulación.

Si el problema esta en ojos, nariz u orejas los síntomas serán muy evidentes, de aparición rápida y de alta intensidad.

 

 

E-. ¿Qué hacer si sospechamos de una espiga?

En el momento que apreciemos alguno de los síntomas mencionados anteriormente o sospechemos que nuestro fiel amigo tiene una espiga en cualquier parte de su cuerpo es muy importante acudir a nuestro veterinario, pues un pronto diagnóstico y la rápida actuación son fundamentales.

La extracción precoz de la espiga evitará la aparición de lesiones mas graves como infecciones, fístulas, abscesos… además, cuanto antes se diagnostique mas fácil es su extracción.

            – Que no deberíamos hacer bajo ningún concepto:

                        – Esperar para ver si se resuelve el problema espontáneamente.

                        – Intentar sacar la espiga utilizando medios caseros.

                        – Poner aceite, suero, agua… para tratar de movilizar el cuerpo extraño.

                        – Nunca medicar a nuestro animal sin una prescripción veterinaria previa.

 

 

F-. ¿Podemos evitar las espigas?

Esto representa una tarea difícil y para ello la mejor medida sería evitar las zonas donde haya una alta concentración de espigas, sobretodo en la época de primavera y verano que es cuando empiezan a secarse y adquirir esa peligrosidad.

Cuando ésto no es posible podemos mencionar alguna medida para tratar de reducir el riesgo:

            – Revisar a nuestro perro minuciosamente después de cada paseo (espacios interdigitales, orejas, rabo…)

            – Realizar un cepillado habitual con peines metálicos y/o cardas para retirar las espigas adheridas al pelo.

            – En algunas razas de perro de pelo largo puede ser interesante cortar el pelo en esta época del año.

 

Desde clínica veterinaria el paseo esperamos que estos consejos os sean de utilidad y que mantengáis a perros a salvo de las temidas espigas y si en el peor de los casos sufrís sus consecuencias recordaros que contamos con el equipamiento necesario para las extracción de las mismas.

 

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