¿Sufren duelo los perros y/o gatos tras la pérdida de un compañero?

 

¿Experimentan los perros y/o gatos el luto tras la pérdida de un compañero?

 

La respuesta es sí, igual que las personas, tanto perros como gatos sienten la pérdida de un miembro de la familia manifestando un comportamiento que podríamos llamar luto, cosa que resulta más evidente cuando los dos animales tenían una fuerte relación de amistad.

 

Las últimas evidencias científicas han demostrado empíricamente lo que mucha gente ya sospechábamos, que perros y gatos sienten la pérdida de un compañero cercano, y que este comportamiento, que tradicionalmente se consideraba exclusivo de los seres humanos, también se puede observar en nuestros amigos de cuatro patas.

 

Pero no solo eso, también en otras especies salvajes que viven en sociedad como elefantes, lobos o grandes simios pueden manifestarse, especialmente entre individuos emparentados entre sí, especialmente entre madres y sus crías o entre parejas.

 

Actualmente, muchas familias están formadas por más de un animal, por tanto, alguno de ellos sufrirá en alguna ocasión la pérdida de un compañero lo que se traducirá en cambios en su rutina y/o actitud.

 

Motivos que justifican estos cambios

 

Hasta hace poco la ciencia no había podido determinar los motivos específicos que desencadenan estos cambios más allá del vínculo emocional, pero en base a un estudio reciente los resultados parecen indicar que los animales responden a la pérdida de un compañero más que a la muerte en sí.

 

Como evidencia de esto diversas fuentes argumentan que estos cambios de comportamiento no varían en función de si el animal superviviente ha visto o no el cuerpo sin vida de su compañero. La reacción puede explicarse en gran medida por la naturaleza altamente social de los animales, hipótesis reforzada por el hecho de que individuos cuyo grado de interacción con el fallecido era más fuerte reaccionan de forma más marcada y durante un tiempo mayor.

 

Un estudio de la investigadora Pirrone y su equipo publicado en la revista Scientific Reports, afirma que “Los perros forman lazos emocionales y la pérdida de un compañero puede provocar cambios de comportamiento. En dicha investigación también se menciona que la definición de «dolor» en los perros, como en el caso de los niños pequeños, no es sencilla.

 

Cambios más frecuentes.

 

La muerte de un familiar es algo doloroso que cuesta asumir y ante un episodio de esta naturaleza las personas tenemos maneras muy diferentes de encajar ese dolor. En esta linea un grupo de investigadores argumentan cambios de actitud similares en animales que han vivido con otros que fallecen.

 

Los caninos y felinos domésticos son especies completamente diferentes en todos los aspectos, e incluso dentro de una misma especie, y a pesar que perros y gatos comparten características innatas y naturales propias, cada individuo experimenta el dolor y las emociones de una forma personal y única, del mismo modo que nos ocurre a los humanos.

 

A estos animales, la pérdida de un compañero les puede alterar sus rutinas de comer, dormir, jugar, pasear… además, este suceso puede ser interpretado como un indicador de peligros desconocidos en su entorno causándoles nerviosismo y/o miedo.

 

Un estudio realizado por un grupo de expertos en comportamiento animal coordinado por Jessica Walker, de la organización científica de defensa animal Companion Animals NZ (Animales de Compañía NZ), analizó las respuestas de 159 perros y 152 gatos tras la pérdida de un animal amigo, con ayuda de cuestionarios completados por sus humanos.

 

Los cambios más frecuentes observado en el perro superviviente fueron:

  • Búsqueda de más atención de los humanos.
  • Menos ganas de jugar.
  • Reducción de la actividad en general.
  • Dormir más.
  • Miedo y desconfianza.
  • Aumento de la apatía.
  • Menor apetito.
  • Aumento de las vocalizaciones.

Además, en muchos casos, los perros son muy empáticos y pueden expresar un fenómeno de contagio emocional por el cuál reaccionan al luto que observan en las personas, percibiendo en ellas emociones tales como tristeza, rabia, estrés, apatía…

 

Asi mismo, los gatos, a pesar de su fama de independientes y ariscos, también son capaces de empatizar con los humanos y de expresar síntomas similares a los que manifiestan los perros cuando muere un compañero, de hecho, los felinos tienen mayor tendencia a intensificar dichos comportamientos tras la muerte de un amigo con el que mantenían buena afinidad.

 

Entre las alteraciones más frecuentes descritas en gatos destacan:

  • Aumentan conductas asociadas al estrés (rascar muebles, paredes, mobiliario, defecar en zonas inadecuadas…)
  • Solicitan más atención.
  • Muchos gatos buscan más contacto de las personas.
  • Maúllan de forma frecuente e intensa.
  • Tendencia a frotarse contra el cuerpo de sus cuidadores

En este punto también cabe destacar que ambas especies pueden expresar comportamientos comunes como examinar reiteradamente los lugares donde el animal fallecido solía estar o volverse más dependientes.

 

¿Qué podemos hacer nosotros?

 

En aquellos hogares donde solo queda un animal, una de las prácticas más frecuentes suele ser buscarle otro compañero para que no se sienta solo, sin embargo, los expertos en el comportamiento animal desaconsejan esta medida cuando se hace de forma inmediata ya que el introducir un animal desconocido de forma temprana puede aumentar el estrés emocional.

 

 

En este sentido, se estima más conveniente dejar tiempo para que se acostumbre a la falta de su antiguo compañero antes de presentarle un nuevo amigo, si bien es cierto que la duración de este periodo puede variar mucho, desde semanas a meses.

 

 

Una de las cosas que podemos hacer para ayudar a nuestro amigo a pasar dicho duelo es dedicarle más tiempo, eso sí, sin excederse para que no desarrolle una dependencia emocional. Actividades agradables y entretenidas que lo distraigan como paseos o juegos, son una buena opción, para ello es mejor establecer una nueva rutina de actividades para que el animal se acostumbre de forma positiva a ella.

 

 

También tenemos que tener en cuenta que cada animal tiene su propia personalidad, por ello, el acompañamiento en su particular luto deberá ajustarse a su comportamiento y algunos individuos pueden tener una actitud más pasiva o distante por lo que buscarán la tranquilidad.

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